En esta edición:
El Chocó está cumpliendo 69 años y ya es hora de darle la alegría que le han quitado…
EDITORIAL
El departamento del Chocó está cumpliendo 69 años, creería uno que en el transcurso de su vida cambiarían muchas cosas entre ellas la calidad de vida de sus habitantes, no sería un departamento tan pobre, irónicamente siendo uno de los más ricos, las carreteras estarían por lo menos raspadas para poder transitarlas sin tanta dificultad, en cada uno de sus municipios habría servicios públicos, buenos hospitales , cobertura total de educación, no morirían los niños de desnutrición y entre otras cosas sus hijos serian más conscientes y menos corruptos, el resto del país y del mudo entendería que aunque el Chocó es de todos y para todos, literalmente, no tienen porque llevarse lo que tenemos aquí sin por lo menos dejar un beneficio grande a sus pobladores.
69 años no son para andar inventando, ni “chamboneando” es hora de que el Chocó despierte, es hora de que sus hijos que tienen la oportunidad de llegar a las altas esferas del poder, de verdad, se pongan la mano en el corazón y empiecen a trabajar por este pedazo de tierra que es hermoso, que cuenta con una gente linda por dentro y por fuera, con unas ganas de salir adelante y con un apego al territorio que es impresionante, un territorio que es hermoso, lleno de colores, de cultura, naturaleza, belleza sin igual, de una fauna y flora que enamoran, el Chocó es hermoso y es de nosotros.
Como chocoanos y chocoanas podemos dar más por nosotros y por nuestros hermanos, hermanos porque todos somos hijos e hijas de este Chocó de un Chocó que como toda madre quiere ver a sus hijos salir adelante, triunfantes superando todos los obstáculos y brindándole a su madre grandes alegrías y mucho orgullo de haber parido hijos con dignidad, con principios, con valores y sobre todo con ganas de salir adelante sin dejarse deslumbrar por momentos pasajeros que solo brindan cosas materiales.
El Chocó necesita hijos que dejen su nombre muy en alto, hijos que tomados de las manos recuperemos lo que es nuestro y poco a poco devolvamos al Chocó la alegría que muchos le han quitado.
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