Como no podía ser de otra manera, muchos de los que formamos la Comunidad #PorElClima nos vamos encontrando por las calles de Marrakech. Unos, gracias a la iniciativa Moving for climate now que promueve Pacto Mundial e Iberdrola, han llegado en bici tras recorrer más de 1.100 kilómetros desde Sevilla, otros nos vamos incorporando a lo largo de la Cumbre. Y como en otras ocasiones, la ciudad que acoge la Cumbre se ha convertido en una anfitriona que exhibe su orgullo de ser sede la COP22.
Entre los comentarios, hay uno que destaca: en cada cumbre se dan cita más redes internacionales, más sociedad civil, más empresas, más gobiernos... Esto es imparable. Ahora bien, el temor sobrevuela los stands que ocupan las naves donde se celebra la COP: ¿Llegaremos a tiempo? ¿Habrá suficiente concreción en las medidas que tienen que desarrollar el Acuerdo de París? ¿Se conseguirá la financiación necesaria? ¿Y el acuerdo entre los Estados para ver cómo se articula esto en el tiempo? La sombra de Trump recorre la cumbre, pero de momento, la esperanza no se desvanece.