Esta es una de las claves fundamentales que se pueden subrayar de las reuniones mantenidas con la Asociación de Productores de Quinua de Yunchará. Y es, precisamente, su conexión con los resultados del último informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático, IPCC, (creado en 1988 por la Organización Meteorológica Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente) lo que genera un gran impacto. La sencillez de la conclusión del productor de quinua, que personaliza los retos a los que nos enfrentamos (sobre todo en lugares especialmente vulnerables al cambio climático como el altiplano en Bolivia) ponen en contexto una cuestión fundamental: el cambio climático ya nos está afectando, “el cambio de clima está haciendo peligrar mis cosechas de quinua”.
Durante el mes de junio ECODES ha participado en un intercambio técnico en el marco de la ejecución del proyecto “Iniciativas productivas sostenibles, para mejorar los ingresos económicos y la seguridad alimentaria en comunidades del área rural en el sur de Bolivia”, financiado con fondos del Gobierno de Aragón. Con la coordinación de la organización Prometa en Bolivia se han realizado diversas visitas y reuniones en las zonas de intervención, ubicadas en el altiplano de Tarija (a más de 3.500 m de altura), que pertenecen al municipio de Yunchará, con el índice de desarrollo más bajo del departamento.
Uno de los objetivos del proyecto ha sido la conformación de la Asociación de Productores de Quinua de Yunchará para impulsar el cultivo de quinua como producto agrícola básico que contribuya a la seguridad alimentaria. De esta manera, se ha permitido la consolidación de buenas prácticas productivas mediante la renovación y la transferencia tecnológica, así como la capacitación de los productores. Además, se comprobó cómo las prácticas mejoradas permiten aumentar la producción aunque, como quedó de manifiesto, el cambio climático requiere ampliar los procesos de investigación para propiciar una mejor adaptación de los cultivos.
Por otro lado, y con el objetivo de complementar los ingresos de las comunidades, se ha trabajado con la Asociación Comunitaria de Turismo Rural de la Reserva de Sama (ACOTURS) para consolidar la oferta turística comunitaria, que ponga en valor los recursos locales del altiplano de manera sostenible. Se ha realizado una visita institucional a diversos proyectos de turismo comunitario puestos en marcha por la Fundación MCCH (Maquita Cushunchic Comercializando como Hermanos), en Ecuador, uno de los destinos fundamentales de este tipo de turismo en América Latina. Una delegación compuesta por la alcaldesa de Yunchará, municipalidad que engloba a las comunidades de intervención en Tarija, por el presidente de ACOTURS y por representantes de Prometa y ECODES, han visitado diversas experiencias exitosas implementadas en la región de Napo en la Amazonía y en la región del Chimborazo, en zona de sierra.
En ambos casos se ha confirmado que el turismo comunitario es una alternativa de desarrollo para los pobladores locales siempre que se tenga en cuenta la necesidad de consolidar la calidad del servicio. Para ello, se ha trabajado de manera fundamental en la formación y capacitación de los operadores turísticos para ofertar productos turísticos que generen emociones, que generen procesos completos que permitan aumentar las pernoctaciones y que sean competitivos, así como en la consolidación de una oferta vinculada al desarrollo local y a la sostenibilidad. También se ha comprobado la necesidad de trabajar en el acceso a los mercados globalizados desarrollando herramientas que faciliten tanto a operadores como turistas la información y la reserva de los productos turísticos.
