Realidad: el hidrógeno sólo cubrirá una ínfima parte del suministro energético a corto y medio plazo

El hidrógeno utilizable como vector energético (H2) se puede producir a partir de materias primas limpias (agua), y con métodos sin prácticamente emisiones (electrólisis). Puede ser utilizado en pila de combustible sin emisiones directas de CO2 ni de otros contaminantes. Además, tiene un contenido energético muy alto por unidad de masa, y puede almacenarse fácilmente.

A pesar de estas ventajas, las principales estrategias del hidrógeno le dan un rol secundario a corto y medio plazo. En la Estrategia Europea del Hidrógeno(1), la Comisión Europea fija objetivos de 6 GW de potencia instalada de electrolizadores en 2024, y 40 GW en 2030. Dicha potencia podría generar un 0,7% del suministro energético total en Europa en 2030. 

En España, la Hoja de Ruta del Hidrógeno(2) plantea objetivos de 300-600 MW de potencia instalada de electrolizadores en 2024; y de 4 GW en 2030, capaces de proporcionar el 0,8% del suministro energético total del país en 2030.

A largo plazo, la Comisión Europea prevé que la parte de hidrógeno en el mix energético europeo podría crecer hasta un 13-14% en 2050(3). Y la Agencia Internacional de la Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés) estima que el hidrógeno podría cubrir hasta un 12% de la energía final en 2050(4).

Una desventaja fundamental del hidrógeno, que explicaría en parte estos bajos objetivos, es que producir hidrógeno utilizable como vector energético requiere mucha energía. De hecho, producir hidrógeno utilizable consume más energía de la que el hidrógeno genera una vez utilizado. Es por lo tanto más interesante utilizar la electricidad renovable directamente en sus usos finales en aquellos sectores donde sea posible, como el transporte de vehículos ligero, y los edificios.

Todo lo anterior explica que las principales estrategias del hidrógeno fomenten un uso muy cuidadoso del hidrógeno. Este se utilizaría principalmente en sectores difíciles de descarbonizar y electrificar, como la industria pesada y el transporte aéreo y marítimo. Y como instrumento para el almacenamiento energético y la integración sectorial, es decir el exceso de electricidad renovable a determinados momentos del día o del año para producir hidrógeno verde, y luego utilizarlo en periodos de alta demanda.

Al hidrógeno se le ha llamado el “champán” de la transición energética: será escaso y probablemente costoso. Debe, por lo tanto, reservarse a los sectores que más lo necesitan.

   

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Referencias

(1) https://ec.europa.eu/energy/sites/ener/files/hydrogen_strategy.pdf

(2) https://energia.gob.es/es-es/Novedades/Documents/hoja_de_ruta_del_hidrogeno.pdf

(3)  https://eur-lex.europa.eu/legal-content/EN/TXT/PDF/?uri=CELEX:52018DC0773&from=EN

(4)  https://irena.org/publications/2021/Jun/World-Energy-Transitions-Outlook

   

Bibliografía

 

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