La Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, adoptada en 1992 y que entró en vigor en 1994, ha sido ratificada por 195 países (Partes de la Convención). La Convención reconoce la existencia del problema del cambio climático, y establece un objetivo último: lograr la estabilización de las concentraciones de gases de efecto invernadero en la atmósfera con el fin de impedir interferencias antropogénicas (causadas por el ser humano) peligrosas en el sistema climático.
La Convención, además, indica que ese nivel debe lograrse en un plazo suficiente para permitir que los ecosistemas se adapten naturalmente al cambio climático, asegurando que la producción de alimentos no se vea amenazada y permitir que el desarrollo económico prosiga de manera sostenible.
Nicaragua, para cumplir con los compromisos adoptados ante la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Clima, diseñó el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático, que contempla una serie de medidas para reducir los impactos de este fenómeno en el país.
En este Plan, se identifican cuáles son los riesgos principales a nivel de país y cuáles son las medidas de adaptación que deben adoptarse por las diferentes instituciones de gobierno que conforman el Sistema Nacional de Respuesta al Cambio Climático, creada por el decreto 7 del 2019.
Las acciones contemplan procesos claves que están programados a desarrollarse. Para lo cual se ha instaurado un grupo de trabajo y una serie de etapas. Uno de los principales retos contemplados es seguir impulsando acciones de adaptación que permitan reducir los impactos a los ecosistemas y todo lo relacionado a la vida.
En este contexto, ECODES pone el foco en la realidad del sector rural de la región del Pacífico, en concreto de los Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPS), que han asumido la tarea de abastecer de agua potable a las comunidades.
Estos CAPS enfrentan serios desafíos, especialmente la falta de infraestructura sostenible, una adecuada gestión (organización y administración) para el buen funcionamiento de sus sistemas, así como el hecho que la disponibilidad de las fuentes de agua se esté reduciendo por contaminación, sobreexplotación y por efectos del cambio climático. Todo ello deriva en serias dificultades de acceso al agua en el municipio.
Por todo ello, resulta sumamente importante pensar en qué alternativas pueden ofrecerse para garantizar que los CAPS puedan seguir prestando el servicio y administrando los sistemas de manera sostenible y eficiente.
Nuestra propuesta:
El proyecto, ha contado con el apoyo del Ayuntamiento de Utebo (Zaragoza), y ha contribuido a garantizar en forma óptima el acceso al agua potable.
Para ello se trabajó a través de dos grandes actuaciones, el fortalecimiento de la infraestructura y la capacitación para asegurar su adecuada gestión posterior.
A nivel de infraestructura, se han implementado tecnologías renovables con la instalación de un sistema de energía fotovoltaica con inyección a la red convencional para bombeo del agua.
Se ha construido un mini acueducto por bombeo eléctrico para distribuir el agua a través de la perforación de un nuevo pozo y la construcción de un tanque de almacenamiento, así como la instalación de línea de conducción, distribución, y conexiones domiciliares con sus medidores. El trabajo se ha complementado con el estudio hidráulico del sistema de red de agua potable.
La capacitación está enfocada a la formación, tanto a los CAPS, como a las mujeres de que forman parte de ellos y de las comunidades beneficiadas del proyecto. Se ha trabajado tanto a nivel de liderazgo, como en una parte más técnica, buscando que se desarrollen sus capacidades y que aborden ciertas reflexiones sobre dinámicas habituales en la construcción y gestión comunitaria de los sistemas de agua.