Nicaragua cuenta con algo más de 6 millones de habitantes, de los cuales poco más de la mitad (un 58,3%) es la población urbana. Tiene también una intensa emigración internacional, se estima que en la actualidad hay aproximadamente 1 millón de nicaragüenses fuera del país.
En el año 2018, el país se vio inmersa en una crisis política y social, sin embargo, a la fecha se encuentra en Diálogo político entre sociedad y el Gobierno. Por lo que puede decirse que situación está en una relativa calma. En las comunidades rurales la situación no ha afectado las actividades cotidianas de hombres y mujeres. Sin embargo, sí se sienten las consecuencias de la crisis acontecida el año pasado, teniendo repercusiones en lo económico.
A este contexto actual hay que sumar que Nicaragua es uno de los países más vulnerables ante el impacto del cambio climático, especialmente vinculado al recurso hídrico. Los sistemas de agua potable en el área rural de Nicaragua son generalmente manejados por los Comités de Agua Potable y Saneamiento (CAPS).
Últimamente se está reconociendo la gran importancia de los CAPS para la sostenibilidad de los proyectos de agua y saneamiento, y la necesidad que CAPS cuenten con condiciones favorables para ejercer sus tareas.
En esta ocasión, se ha priorizado el análisis y la intervención en el municipio de Quezalguaque, uno de los 10 municipios del Departamento de León, con una población de 9168 habitantes, altamente agrícola. En concreto, en la comunidad de Paso Benito al sur de la cabecera municipal. El sistema de agua potable de Paso Benito y Los Remedios abastece a 103 familias, con un total de 550 personas
La Comunidad cuenta con un pozo perforado (que abastece a varias comunidades), un tanque de almacenamiento que actualmente se encuentra en operación, un equipo de bombeo y el sistema eléctrico cumple con los parámetros establecidos. Y todos los usuarios cuentan con medidores instalados en su vivienda.
Sin embargo, para lograr que las familias cuenten con agua potable de forma constante es necesario reducir los gastos derivados del consumo energético.
Nuestra propuesta:
Para garantizar el servicio de agua potable constante a los habitantes de estas comunidades, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Utebo y a la colaboración con el Hermanamiento Brookline - Quezalguaque, se mejorará la instalación existente mediante la instalación de un sistema de energía fotovoltaico y se desarrollará un proceso formativo. En ambos tomarán un papel sumamente relevante, miembros del CAP, viéndose beneficiados en primera instancia.
El sistema fotovoltaico, además de reducir los costos de dicho servicio y ahorro económico para las familias, mejorará el rendimiento y la protección del equipo de bombeo. Para hacer una transferencia de conocimientos a la comunidad y velar por un adecuado mantenimiento posterior, se instalará con personas de la comunidad. Y para reducir el impacto ambiental, se generará un sistema de tratamiento de aguas residuales.
La formación estará enfocada en la instalación y el mantenimiento, así como en la supervisión y seguimiento de las obras de saneamiento. Esta formación técnica se complementa con una parte de fortalecimiento de tejido comunitario que se trabajará a través de intercambios con jóvenes del municipio.