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Miércoles 20 de Junio de 2012

El día que se inicia la Conferencia de Naciones Unidas sobre Desarrollo sostenible (Río+20), los Estados miembro presentan el texto acordado “El futuro que queremos”. Los delegados se rinden a la diplomacia global de Brasil y a su liderazgo en las negociaciones, que al contraRío que Copenhague, se han atajado con un documento de consenso (aprobado “Ad referendum”, esto es, pendiente de su aprobación por los Jefes de Estado y de Gobierno) que no alcanza a cubrir las expectativas de la sociedad civil y la urgencia que demandan los problemas ambientales que acucian al planeta.
Ayer ,19 de junio, el Gobierno de Brasil y NNUU, con la presencia de todos los delegados de los Estados miembro, han presentado y aprobado el texto alcanzado en los últimos días de negociaciones en el marco de la Conferencia de Río+20 sobre Desarrollo Sostenible. El Ministro Patríota, la Ministra Teixeira, el Embajador Figueiredo (todos ellos de la Delegación Brasileña elogiada en la presentación) y Sha Zukang, vicesecretaRío general para asuntos económicos y sociales de NNUU, presidieron ayer una rueda de prensa que empezó el Ministro PatRíota con un contundente y rápido discurso “Quiero mostrar mi agradecimiento a cada una de las delegaciones por demostrar un espíritu extremadamente constructivo y flexibilidad en los últimos días. Este es el texto que será formalmente adoptado en la conferencia, y al no oír ninguna objeción así se decide”. Las delegaciones aplaudieron y un abucheo se escuchó también en la sala. Nadie duda de las horas invertidas en el texto negociado pero es muy cuestionado que responda verdaderamente al “futuro que queremos”. La valoración del Embajador Sha Zukang fue “Este es el único acuerdo que podíamos alcanzar”, resumiendo el texto en los siguientes 14 puntos, que en suma, suponen los principales resultados de Río+20.
  1. La economía verde se presenta como una herramienta para alcanzar el desarrollo sostenible. No la única, pero una de las vías.
  2. Inicio de un proceso para la adopción de unos Objetivos de Desarrollo Sostenible en el año 2015.
  3. Establecimiento de un lenguaje común sobre economía verde
  4. Puesta en marcha de un Foro de Alto nivel para el seguimiento de Río+20 y los acuerdos alcanzados
  5. Fortalecimiento del PNUMA. No será una Agencia independiente, pero tendrá un presupuesto regular y buscará la participación efectiva de la sociedad civil en el mismo.
  6. Impulso de la incorporación de valores de sostenibilidad en el sector privado señalando los informes de sostenibilidad corporativa
  7. Necesidad de incorporar en la medición del desarrollo los valores de prosperidad y bienestar
  8. Establecimiento de un mecanismo para asegurar medios para la implementación financiera y tecnológica
  9. Reafirmación del los principios de Río 1992.
  10. Compromiso político para el futuro que queremos
  11. Marco de trabajo sobre consumo y producción sostenible
  12. Avances en objetivos y metas en áreas prioritarias, especialmente en océanos
  13. Reconocimiento de la importancia de compromisos voluntarios
  14. Reconocimiento del papel de la sociedad civil. Pero no al derecho de información y participación efectiva en la toma de decisiones.
La brecha entre los países desarrollados y países en vías de desarrollo se ha marcado por dos líneas rojas que ninguno se ha mostrado dispuesto a cruzar, y que suponían un avance significativo por el desarrollo sostenible en Río+20:
  • La economía verde no se define de una manera clara y no se reconoce como la única vía para alcanzar el desarrollo sostenible, respetando las distintas formas de desarrollo de los Estados Miembro. En palabras del delegado de Bolivia “no podíamos ser prisioneros del modelo de economía verde impuesto por los países desarrollados”
  • Los medios de implementación no recogen un fondo específico para facilitar la puesta en marcha de los acuerdos alcanzados. Se urge a adoptar los compromisos mínimos relacionados con la Ayuda oficial al desarrollo (0,7% a países en vías de desarrollo y 0,15-0,20% a países menos desarrollados) y a favorecer la transferencia tecnológica. Para 2014 un grupo de trabajo intergubernamental establecerá las necesidades mínimas de financiación para alcanzar los objetivos de desarrollo sostenible.
Algunas luces, no todo van a ser sombras:
  • Reconocimiento de que la pobreza extrema debe atajarse con un marco de desarrollo sostenible
  • No regresión. Ratificación de los acuerdos de Río+20.
  • Principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas. Los países desarrollados deben asumir su cuota (elevada) de responsabilidad en los problemas de la tierra y la pobreza extrema
  • Hoja de ruta clara para definir los Objetivos de Desarrollo sostenible e integrar las agendas de medio ambiente y desarrollo, de una manera abierta a la participación de la sociedad civil
Y varias reflexiones desde el equipo de ECODES en Río+20:
La batalla por la sostenibilidad no solo se aborda con una agenda social y ambiental, sino también económica. La agenda económica se debatía esta semana también, pero en el G20 y en otra ciudad a miles de kilómetros de Río.
No hay duda que ha sido un ejercicio de construcción colectiva y cualquier acuerdo multilateral no resulta tarea fácil, pero apelamos a la conciencia de los líderes gubernamentales sobre si este ejercicio responde al futuro que queremos todos, sin haber tenido en cuenta las posturas de la sociedad civil durante la negociación. Por si hubiera dudas: NO.

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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