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Miércoles 20 de Julio de 2005

Los COPs (Contaminantes Orgánicos Persistentes) son sustancias químicas orgánicas muy peligrosas para la salud y muy resistentes a los procesos de degradación natural. Entre otros COPs se pueden señalar productos como la aldrina, clordano, DDT (pesticida), dieldrina, endrina, dioxina, furano, heptacloro, hexaclorobenceno, mirex, PCB y toxafeno. Una vez que se liberan al medio ambiente, muchos persisten durante años e, incluso, décadas. Otra característica es su alta permanencia en los tejidos de los seres vivos (son bioacumulables), se acumulan en los tejidos grasos y en órganos de animales y humanos y acaban formando parte de nuestra cadena alimenticia. Los COPs pueden encontrarse en pesticidas utilizados en agricultura; cosméticos; electrodomésticos; dioxinas liberadas en procesos industriales, como la incineración de residuos y la industria del cloro, o en pinturas para barcos.

Compuestos organoestánnicos y alquilestánnicos: usados en agentes antibacterianos y catalizadores en la producción de plásticos; por ejemplo, en algunos productos de PVC y envases. Son persistentes, bioacumulativos y se cree que interfieren con el sistema endocrino. Los compuestos alquilestánnicos también pueden atacar al sistema inmunológico y a las neuronas.

Bisfenol A: usado en la producción del revestimiento interior de algunas latas de alimentos, es un ingrediente de las botellas de policarbonato. Es un disruptor hormonal y se sospecha que afecta a los órganos reproductores masculinos y femeninos.

Pirorretardantes bromados (PRBs): usados en tejidos, muebles y plásticos (por ejemplo, en ordenadores personales) para contrarrestar la propagación de incendios. La mayoría de los PRBs son persistentes y bioacumulativos, y varios de ellos han sido identificados como disruptores hormonales. La exposición a estas sustancias ha demostrado interferir en el desarrollo cerebral de algunos animales.

Ftalatos: usados en muchos productos de PVC (por ejemplo, en revestimientos de vinilo para el suelo y en juguetes), pegamentos y tintas, y como disolventes en cosméticos y productos higiénicos. Varios ftalatos son disruptores hormonales. Algunos causan daños en el hígado, los riñones y los testículos.

Alquilfenoles y derivados: usados como detergentes industriales, y en algunas pinturas y varios plásticos. Son disruptores hormonales y pueden dañar el sistema inmunológico.

Almizcles sintéticos: fragancias añadidas a muchos productos como perfumes, cosméticos y detergentes para ropa. Son persistentes y bioacumulativos, además algunos son disruptores hormonales. Pueden causar daños en el hígado e interferir con las funciones cerebrales.

Triclosan: una sustancia antibacteriana (a veces comercializada como “Microban”), que se añade a una amplia variedad de productos, incluyendo líquidos lavavajillas, jabones líquidos, enjuagues bucales, trapos de cocina y tablas de cortar. Ahora se está detectando como contaminante en la leche materna y en el pescado, lo que demuestra su débil descomposición en el medio ambiente y su capacidad para contaminar nuestros cuerpos.

Fuente: Chemicalreaction

Es tiempo de actuar

Es el momento de dejar de pensar que puede hacer el planeta por ti y pensar qué puedes hacer tú por el planeta.

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