El agua es fundamental para la vida y un recurso estratégico. Su demanda aumenta de la mano con el crecimiento de la población y de actividad económica, y con ello la producción de aguas residuales. En la Península Ibérica, el volumen de negocio agregado de las empresas dedicadas a la depuración de agua experimentó un crecimiento del 2,4% en 2020, hasta situarse en 1.300 millones de euros, según el Observatorio Sectorial DBK. Para reafirmar estas cifras, se estima que el caudal total depurado por las actuales 4.700 EDAR (Estación Depuradora de Aguas Residuales) fue de 4.950 hectómetros cúbicos en ese año, lo que supuso un aumento del 1,2% respecto a 2019.

El origen y la composición de las aguas de vertido que llegan a la estación depuradora variarán según la zona y la época, teniendo su origen en el agua residual domestica e industrial, a la que hay que sumarle el agua de lluvia. Para referirse al conjunto de aguas residuales que tienen un origen antropogénico se usa el término de aguas servidas. El caudal de agua a depurar se define como el volumen de agua que llega a la estación depuradora por unidad de tiempo. Este caudal varía en función del tamaño de la población, del sistema de alcantarillado, del nivel de industrialización de la zona y del volumen de lluvias. 

El estudio realizado ofrece un análisis de los retos de la depuración de los pequeños municipios en España, las soluciones tecnológicas disponibles y casos de éxito en varios municipios para ver los resultados de las diversas tecnologías. Los desequilibrios demográficos de España incrementan los retos de la depuración de las aguas residuales, por ello es necesario seguir trabajando en el desarrollo de soluciones tecnológicas adaptadas a la realidad de los municipios pequeños que deben hacer frente a problemas como la estacionalidad y los nuevos contaminantes como los purines. Es necesario seguir impulsando la innovación tecnológica para encontrar soluciones sostenibles, económica, social y medioambientalmente. 

El problema de las EDAR en medios rurales no es absorber únicamente los picos de producción diarios, sino los incrementos estacionales. Esto suele ocurrir en durante el periodo estival, especialmente en las zonas turísticas donde la población se multiplica en esos meses.

El informe ha contado con la participación de ZINNAE, clúster para el uso eficiente del agua y la Universidad de Zaragoza.

El informe se ha elaborado con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la convocatoria para el año 2021 de subvenciones a entidades del Tercer Sector u Organizaciones No Gubernamentales que desarrollen actividades de interés general consideradas de interés social en materia de investigación científica y técnica de carácter medioambiental.