En estos días, del 11 al 22 de noviembre, Bakú, capital de Azerbaiyán, es el centro global de la lucha contra el cambio climático con la celebración de la COP29, un evento que reune a miles de representantes de gobiernos, organizaciones y empresas de todo el mundo para impulsar la acción climática en esta década crítica. 

Nos hemos desplazado para asistir a esta 29ª Cumbre Mundial del Clima de la Convención Marco de Naciones Unidas de Cambio Climático (CMNUCC) en este momento clave de rendición de cuentas y nuevos compromisos, más si cabe cuando España atraviesa una delicada situación tras la DANA que ha sacudido con mucha dureza una parte importante del país y con tragedia en el Levante español. ECODES es una de las 60 organizaciones españolas observadoras de la convención, que se une a las alrededor de 1.800 en todo el planeta.

La COP29 se celebra en un contexto geopolítico complejo en el que destaca la promesa del presidente electo de EE.UU. -uno de los mayores emisores de gases de efecto invernadero del planeta- de retirar al país del Acuerdo de París,  y tiene un objetivo claro: consolidar los compromisos globales alcanzados en la cumbre celebrada en 2023 en Dubái. Entre estos, destacan la eliminación gradual de los combustibles fósiles, una transición energética justa y la ampliación del financiamiento climático para los países en desarrollo. 

Este año, el Nuevo Objetivo Colectivo Cuantificado será clave, con negociaciones centradas en cómo movilizar los miles de millones de dólares que exigen los países en desarrollo tras años de incumplimiento del compromiso de destinar 100.000 millones de dólares anuales por parte de los países desarrollados para su resiliencia climática.

A menudo criticadas por su limitada capacidad para frenar la crisis climática, el impacto de las COP sigue siendo innegable. De hecho, son el único espacio en el que todos los países negocian cómo elevar la ambición climática, transferir recursos financieros y tecnológicos y fortalecer las capacidades de los países más vulnerables. 

La cita, en este sentido, es clave para consolidar la ambición de los planes de reducción que los países deben presentar antes de finales de febrero de 2025, y asegurar que estén alineados con el límite del 1,5 °C definido por el Acuerdo de París. En este momento, los esfuerzos presentados son insuficientes y el mundo está en camino de superar los 2,7 °C, cifra que la 15ª edición del informe anual del PNUMA sobre la “brecha de emisiones” eleva a los 2,9 °C. 

Además de la financiación, la COP29 abordará más de 60 temas críticos, desde la mitigación de emisiones hasta la equidad de género, con un fuerte enfoque en la colaboración internacional y el intercambio de buenas prácticas. Más que un espacio de negociación, las COP actúan como plataformas de rendición de cuentas, donde la sociedad civil, las empresas y los gobiernos exigen mayor acción y compromisos más ambiciosos.

A pesar de las dificultades, la COP29 representa una oportunidad única para transformar el foro en un verdadero punto de inflexión en la lucha global contra el cambio climático. Con la urgencia, ambición y colaboración como ejes fundamentales, esta conferencia busca acelerar la implementación del Acuerdo de París y promover sociedades resilientes y sostenibles. 

Sigue los resultados de la COP29

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