Finaliza la COP29, una cumbre fundamental, pero que no ha dejado satisfecho a nadie
Aunque envuelta en tensiones y negociaciones al límite, la COP29 de Bakú ha dejado una serie de acuerdos que definirán el rumbo de la acción climática en los próximos años:
Nuevo Objetivo de Financiación Climática (NCQG)
La emergencia climática requiere acción y la acción, financiación. Así, 300.000 millones de dólares es la cantidad que los países ricos han accedido a destinar anualmente a los países en desarrollo, en una negociación al límite, que en ocasiones ha parecido que iba a naufragar.
Se trata de un objetivo de financiación climática (NCQG) que debe alcanzar los 1,3 billones de dólares al año en 2035. Aunque lejos de los 5,1-6,8 billones necesarios, este compromiso busca facilitar la transición verde y la adaptación al cambio climático en los países en desarrollo.
El acuerdo se queda entremedio de los 250 que ofrecían inicialmente los contaminadores históricos para que los países que sufren las consecuencias de la crisis climática puedan desplegar renovables, adaptar su territorio al clima extremo y costear los daños. Lo más importante para los países menos desarrollados y AOSIS, que en un momento de la negociación llegaron a abandonar la sala, es el compromiso.
Mitigación y transición energética, pendiente
Aunque la COP29 ha avanzado en finanzas, la mitigación se quedó en un segundo plano. El resultado es un texto de apenas tres páginas que, aunque propone que se aumente la ambición, omite referencias clave como el límite de 1,5°C, las emisiones netas cero, la neutralidad en carbono y la eliminación progresiva de los combustibles fósiles.
Se ha decidido transformar esta agenda en un espacio de diálogo para abordar las barreras de implementación. Sin embargo, surgen preguntas fundamentales: ¿Dónde está la ambición en mitigación? ¿Dónde están los compromisos? En febrero de 2025 finaliza el plazo para que los países presenten sus NDC alineadas con el objetivo de 1,5°C y no está definida la ruta para incluir los compromisos de ambición en las contribuciones.
Igualdad de género y transición justa
Se extendió el Programa de Trabajo de Lima sobre Igualdad de Género (LWPG) por 10 años, aunque sin nuevas medidas ambiciosas. Por otro lado, el Programa de Trabajo sobre Transición Justa establece guías para integrar a comunidades vulnerables en políticas climáticas nacionales.
Adaptación y seguimiento global: nueva métrica
Se simplificaron los indicadores del Objetivo Global de Adaptación (GGA), reduciendo de 8.000 a 100 métricas clave. Estos indicadores incluirán datos sobre derechos humanos, juventud, mujeres y migrantes.
Más reflexiones sobre la COP29
La cumbre de Azerbaiyán ha sido la cumbre de la atonía. Una atmósfera gris, reforzada por la promesa de Trump de abandonar el Acuerdo de París, que ha dejado a Estados Unidos sin legitimidad en esta cumbre, y a la que no ha contribuido la falta de liderazgo de la presidencia de la COP29 en las negociaciones.
Por el contrario, esta ha sido la cumbre de China, que ha podido ver como todas las miradas, ante el espacio vacío que ha dejado EEUU, se han girado hacia ella. También los políticos han buscado la foto con sus máximos representantes. China responde y accede a aportar financiación climática hacia los países menos desarrollados, y lo hará bajo la figura en el texto de nuevos contribuidores voluntarios. Quedan por delante cuatro años en los que sus planes climáticos y su influencia serán determinante en todo el mundo para los avances de la acción climática.
El resultado final de la COP29 se tiene que valorar tras escuchar al secretario ejecutivo de la CMNUCC en su discurso de cierre. Simon Stiell ha reconocido que "ningún país logró todo lo que quería, y nos vamos de Bakú con una montaña de trabajo por hacer". Por este motivo, ha concluido que "no es momento de dar vueltas de honor, debemos fijar nuestras miras y redoblar nuestros esfuerzos en el camino hacia Belém".
Puedes seguir al detalle la información de la COP29 en este enlace.