El Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2021-2030 (PNIEC) establece las líneas de actuación en materia de energía y clima para cumplir con los objetivos de mitigación de emisiones de gases de efecto invernadero, que maximicen los beneficios sobre la economía, el empleo, la salud y el medio ambiente de forma eficiente.

Para alcanzar estos objetivos es necesario tener en cuenta los sectores difusos, es decir, las actividades no sujetas al comercio de derechos de emisión. Son las actividades menos intensivas en el uso de la energía y forman parte de esta categoría los sectores las actividades residenciales, comerciales e institucionales (entre otras). En España, el conjunto de estas emisiones supuso en 2019, antes de la llegada de las restricciones por la pandemia, aproximadamente al 61% de las emisiones totales de gases de efecto invernadero.

En 2020, la principal fuente de emisiones fue el transporte (27,7%) seguida por la industria (21,4%), la agricultura y ganadería en su conjunto (14,1%), generación de electricidad (10,3%), el consumo de combustibles fósiles en los sectores Residencial, Comercial e Institucional (8,2%) y la gestión de residuos 7 (5,1%) – Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico. Sin embargo, destacó una reducción de un 6,4% respecto al 1990 y de un 38,5% respecto al 2005. El principal motivo para rebajar por primera vez los niveles de 1990 se debe a las restricciones por la pandemia, donde se restringió especialmente la movilidad y, en consecuencia, el turismo. El sector turístico español supuso en 2019 un 12,4% del PIB y reunió el 12,9% del empleo total, según el INE.

Estos valores muestran la gran importancia en la economía del país, pero también reflejan el potencial impacto de esta actividad en el medio ambiente. Sin embargo, este sector se encuentra estrechamente ligado a las condiciones climatológicas. Estas determinan el atractivo de las distintas localizaciones, rigen los periodos de vacaciones y condicionan el uso de la infraestructura y el bienestar de los turistas. De esta forma, no sólo supone un sector con un importante impacto ambiental, sino que es muy vulnerable a los propios efectos del cambio climático. Todo ello justifica la necesidad de adoptar medidas para concienciar a los turistas y trabajar en la minimización de dichas emisiones, promoviendo así las alternativas menos nocivas.

Este proyecto de investigación se centra en la creación de una hipótesis de cálculo que permita desarrollar una herramienta online para registrar y comprender el impacto climático real ocasionado por las principales fuentes de emisión de los viajes. La herramienta permite de esta manera medir, identificar y prevenir la contaminación generada por los viajes en todas sus formas, ya sean desplazamientos profesionales o turísticos.

Se ha tenido en cuenta para la realización de la investigación la metodología Greenhouse Gas Protocol (GHG Protocol) elaborado por una alianza de empresas, organizaciones no gubernamentales (ONG), gobiernos y otras entidades, convocada por el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), ONG radicada en Estados Unidos, y el Consejo Mundial Empresarial para el Desarrollo Sustentable (WBCSD).

El informe se ha elaborado con el apoyo del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico a través de la convocatoria para el año 2021 de subvenciones a entidades del Tercer Sector u Organizaciones No Gubernamentales que desarrollen actividades de interés general consideradas de interés social en materia de investigación científica y técnica de carácter medioambiental.