El parón actual del transporte marítimo en el Ártico representa una oportunidad para reducir los impactos en el hielo marino y el clima

El 22 de septiembre, el satélite del Centro Nacional de Datos sobre Nieve y Hielo (NSIDC) de Estados Unidos mostró que el hielo marino del Ártico ha alcanzado el décimo nivel más bajo jamás registrado. La Dra. Sian Prior, asesora principal la Clean Arctic Alliance (Alianza para un Ártico Limpio), de la cual ECODES forma parte, declara lo siguiente:

Ante la supuesta pausa en el tráfico internacional que atraviesa la Ruta Marítima Septentrional del Ártico esta temporada, los gobiernos del Ártico deben aprovechar la oportunidad para impulsar masivamente la acción climática en el transporte marítimo. Mediante la implantación de corredores marítimos ecológicos en todo el Ártico, los buques que circulen por estas aguas podrían reducir considerablemente su impacto tanto en el hielo marino como en los ecosistemas del Ártico y en el clima mundial. 

Según el NSIDC, 2022 ha registrado la décima extensión de hielo marino estival más baja desde que comenzó el registro por satélite hace algo más de 40 años, empatando con los años 2017 y 2018 en 4,67 millones de km2. La Dra. Sian Prior añade:

La actual crisis climática y el llamamiento del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) a reducir a la mitad las emisiones globales de gases de efecto invernadero para 2030, con el fin de detener el calentamiento por encima de 1,5 grados, deja muy claro que debemos redoblar los esfuerzos para reducir el carbono negro y las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes del transporte marítimo

En mayo de 2022, los ministros nórdicos se comprometieron a crear corredores marítimos verdes cero emisiones para el transporte marítimo, lo que serviría para proteger los mares nórdicos. En agosto de 2022, la Clean Arctic Alliance pidió a estos ministros que pusieran en marcha las medidas necesarias para reducir las emisiones de carbono negro, las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y para evitar el vertido de aguas residuales de las depuradoras de los barcos en las aguas de las regiones nórdicas del Ártico, es decir, en las rutas entre Groenlandia, Islandia y Noruega.

Cuando el carbono negro, un potente contaminante de corta duración responsable de alrededor del 20% del impacto climático del transporte marítimo, se emite desde los tubos de escape de los barcos y se deposita en la nieve y el hielo, acelera el derretimiento y la pérdida de reflectividad -el efecto albedo-, lo que crea un bucle de retroalimentación que exacerba aún más el calentamiento global. 

La carta del 10 de agosto de la Clean Arctic Alliance dirigida a los ministros nórdicos expone las medidas de protección necesarias, entre ellas:

  • que los buques utilicen combustible destilado para reducir las emisiones de carbono negro
  • acelerar las medidas para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero de los buques antes de 2030
  • prohibir el uso y el transporte de fueles pesados antes de la entrada en vigor de la prohibición de los HFO en el Ártico en 2024 
  • prohibir el uso de depuradoras y sus vertidos asociados
  • desarrollar la energía en tierra para su uso en los puertos

La actual crisis climática y el parón en el tráfico de la Ruta Marítima Septentrional crea una oportunidad para que todos los países árticos, así como otros países con buques que operan en el Ártico, adopten estas acciones en toda la región ártica para proteger el clima mundial.

El Ártico se está calentando de media cuatro veces más rápido que el planeta en su conjunto y, según el IPCC, se está acercando a puntos "más allá de los cuales cabe esperar un cambio rápido e irreversible", como la pérdida masiva de hielo marino. También existe un alto grado de certeza de que, bajo todos los escenarios climáticos y socioeconómicos, las ciudades y asentamientos de baja altitud, las pequeñas islas, las comunidades árticas, las comunidades indígenas remotas y las comunidades deltaicas se enfrentarán a graves alteraciones entre 2050 y  2100, según el IPCC. 

La Clean Arctic Alliance insta a que se tomen las siguientes medidas urgentes en materia de transporte marítimo para evitar una catástrofe climática:

  • Los Estados miembros de la Organización Marítima Internaciona (OMI) deben imponer un cambio inmediato a los destilados para los buques que se encuentren en el Ártico o cerca de él y desarrollar medidas globales lo antes posible para abordar el problema del carbono negro en todo el mundo, y acordar una acción mejorada a corto plazo, incluida una revisión de la ambición en el marco del Indicador de Intensidad de Carbono (ICI) de la OMI, para garantizar que las emisiones de efecto invernadero de los buques se reduzcan a la mitad para 2030.
  • Los Estados miembros de la UE deben apoyar la acción regional para reducir las emisiones de los buques que utilizan los puertos de la UE y que operan en el Ártico.

   

Más información:

Lucía Rúa
Responsable de Proyectos | Políticas Públicas y Gobernanza Climática
lucia.rua@ecodes.org 

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