El compromiso global sobre el metano es uno de los mayores anuncios de la COP26

El presidente Joe Biden reveló en la COP26 sus planes para limitar las emisiones mundiales de metano en un 30% respecto a los niveles de 2020 para finales de la década. El llamamiento está respaldado por una alianza de 90 países. Sin embargo, China, India y Rusia permanecen al margen del recién creado Compromiso Mundial sobre el Metano.

Hasta ahora, las emisiones de este gas han sido un debate soterrado, un verdadero “elefante en la habitación”: no existían objetivos concretos sobre a pesar de ser uno de los gases que calientan el planeta más potentes, responsable de ello en un 25% y con un potencial de calentamiento muy superior al dióxido de carbono.

Este nuevo y ambicioso anuncio plantea interrogantes en relación con el uso continuado del Gas Natural Licuado (GNL) y su papel en la descarbonización del sector marítimo. Ahora mismo, la industria gasística destaca el GNL como el mejor punto de partida para hacer algo reducir las emisiones acorto plazo. Sin embargo, este combustible es en su mayor parte metano licuado, y se producen fugas tanto cuando se utiliza en los buques por él propulsados como en los procesos de extracción, producción y transporte. La combinación de las emisiones de CO2 y las filtraciones o escapes de metano a lo largo de todo el ciclo de vida del combustible, es decir, desde la producción hasta su combustión en el barco, hace que el GNL sea más perjudicial en términos climáticos que el gasóleo fósil usado en el transporte marítimo.

Por estas razones, este objetivo de reducción del metano es un paso en la buena dirección. En concreto, la Agencia Internacional de la Energía afirma que para lograr el reto del cero neto es necesario que los gobiernos inviertan una enorme cantidad de dinero en la investigación y el desarrollo de estos combustibles alternativos.

Sin embargo, todavía quedan grandes contaminantes producidos por el transporte marítimo todavía sin regular. Es el caso del carbono negro, una partícula que supone el 12% de las emisiones de este sector y que la OMI todavía no ha trabajado directamente en su reducción. Durante la próxima reunión del subcomité de prevención para la contaminación, el MEPC 77, la OMI tendrá la oportunidad de demostrar que su nivel de ambición está a la altura de los compromisos alcanzados durante la COP26.

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