La ONU acuerda un nuevo plan climático para el transporte marítimo mundial, pero no está alineado con 1,5 °C

Londres, julio de 2023. Tras la clausura el viernes en Londres de la reunión del Comité de Protección del Medio Marino (MEPC 80) de la Organización Marítima Internacional (OMI), la Alianza para un Ártico Limpio de la que forma parte ECODES, expresó su consternación por el hecho de que las acciones debatidas y acordadas esta semana no serán suficientes para salvar el Ártico del impacto climático del transporte marítimo mundial. 

Durante el MEPC 80, en lugar de comprometerse con la acción climática para la descarbonización marina, los países acordaron "puntos de control indicativospara reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en al menos un 20%, "esforzándose por alcanzar el 30%, para 2030", y para 2040, reducirlas en “al menos un 70%, "esforzándose por alcanzar el 80%", llegando a cero neto "cerca de 2050". A estos objetivos sin definir y con falta de ambición añaden que se alcanzarán si "las circunstancias nacionales lo permiten".

Tras los resultados, la Dra. Sian Prior, asesora principal de Clean Arctic Alliance afirma que "En una semana en la que se registraron las temperaturas mundiales más altas de la historia, los Estados miembros de la OMI han tenido una oportunidad única de mostrar su liderazgo mundial para frenar el impacto del sector del transporte marítimo en el clima y en el Ártico reduciendo drásticamente las emisiones de gases de efecto invernadero. En lugar de ello se ha optado por un encuentro con menos ambiciones que los anteriores”. Además añade que "Para colmo, tampoco han incluido en la estrategia revisada sobre gases de efecto invernadero el carbono negro, que representa alrededor de una quinta parte del impacto climático del transporte marítimo”. Los gobiernos nacionales y las regiones deben ahora poner en marcha urgentemente medidas energéticas para cumplir con la reducción de las emisiones del transporte marítimo si queremos mantenernos dentro del objetivo de 1.5 ºC del Acuerdo de París".

Carbono negro

Representantes de Clean Arctic Alliance, destacan que, "Tras una década desperdiciada en la que la OMI debería haber tomado medidas rápidas para reducir drásticamente las emisiones de carbono negro procedentes del transporte marítimo, esta semana ha vuelto a fracasar a la hora de comprometerse a reducir las emisiones de carbono negro”. 

En esta dirección subrayan que "El debate detallado sobre la regulación del carbono negro debe tener lugar en el subcomité de prevención y lucha contra la contaminación (PPR), pero esperábamos que los Estados miembros dejaran claro su compromiso de desarrollar y adoptar medidas urgentemente, y que acordaran esta semana que cualquier medida para reducir las emisiones de carbono negro tendría que aplicarse a todos los buques que operan en todo el Ártico y más allá. En lugar de eso, los únicos documentos y comentarios procedieron de los grupos ecologistas".

El comunicado advierte que "Los científicos del clima consideran que el Ártico, uno de los principales reguladores del clima mundial, se está calentando hasta cuatro veces más rápido que el planeta en su conjunto, con la posibilidad de que se produzcan días sin hielo marino en verano -conocidos como episodios de océano azul- tan pronto como en la década de 2030, lo que resulta extremadamente preocupante": "En las últimas semanas el mundo ha sido testigo de temperaturas récord, mares sobrecalentados y cúpulas de calor e incendios forestales - mientras que los últimos datos científicos muestran que dentro de quince años es probable que superemos los puntos de inflexión climáticos globales. Los estados miembros de la OMI están actuando como si tuviéramos todo el tiempo del mundo - pero ese tiempo se está acabando", subraya Prior, quien también señala que "Sabemos desde hace unas tres décadas la necesidad de reducir las emisiones de carbono negro debido a sus repercusiones climáticas y sanitarias" En tierra se han hecho esfuerzos considerables para prohibir los combustibles más sucios en las centrales eléctricas e instalar filtros de partículas diésel en el transporte terrestre, pero a pesar de más de una década de evasivas aún no se han hecho los mismos esfuerzos en el mar. 

“El sector del transporte marítimo tiene el poder de reducir rápidamente sus emisiones de carbono negro; lo que falta ahora es voluntad política", continua Prior en el balance: "Reducir las emisiones de carbono negro del transporte marítimo en el Ártico y sus proximidades es sencillo, no requiere el desarrollo de nuevos combustibles o nuevas tecnologías, y puede lograrse de inmediato. Debemos aprovechar las oportunidades más al alcance, es decir, reducir drásticamente las emisiones de carbono negro del transporte marítimo que contribuyen al calentamiento del Ártico".

Otro dato que Prior destaca es sobre los motores marinos que "verían una reducción de hasta el 80% en las emisiones de carbono negro, dependiendo del motor, al pasar de combustibles pesados a combustibles diésel. El cambio de todos los buques que operan en el Ártico y que actualmente utilizan combustibles pesados se traducirá en una reducción de alrededor del 44% de las emisiones de carbono negro. Como solución se propone la instalación de un filtro de partículas diésel, una tecnología que ya se utiliza en el transporte terrestre pero que sólo puede emplearse con combustibles más limpios. Esto reduciría las emisiones de carbono negro en más de un 90%. 

Avances positivos

Canadá, Noruega y un grupo de Estados ribereños del Atlántico Nororiental (Austria, Estonia, Finlandia, Francia, Irlanda, Islandia, Luxemburgo, Países Bajos, Portugal, Polonia, Reino Unido y la Comisión Europea) han anunciado que están elaborando propuestas para tres nuevas zonas de control de emisiones (ZCES). Canadá también ha presentado un documento de intenciones sobre su deseo de designar sus aguas árticas como ECA que tiene previsto presentar al MEPC en 2024, mientras que los Estados ribereños del Atlántico Nororiental y la Comisión Europea informaron de que están realizando los estudios necesarios para respaldar una propuesta de nueva ECA. Noruega también confirmó durante la reunión que presentará una propuesta al MEPC el año que viene.

Ninguna alusión a los sistemas de depuración

La Alianza para un Ártico Limpio lamenta que esta semana no se haya avanzado en el tema de los sistemas de depuración de gases de escape, aunque tiene la sensación de que se está cobrando impulso y que se debatirá con más detalle en la PPR 11 de febrero de 2023. La propuesta de la Comisión Europea y los Estados miembros de la UE propone enmiendas a MARPOL para permitir la regulación de las aguas de descarga. Es de esperar que se entienda que los depuradores no son un mecanismo adecuado para cumplir los requisitos de emisión de SOx. 

Acerca del carbono negro y el Ártico

El carbono negro es un contaminante climático de vida corta, producido por la combustión incompleta de combustibles fósiles, con un impacto más de tres mil veces superior al del CO2 en un periodo de 20 años. Representa alrededor de una quinta parte del impacto climático del transporte marítimo internacional.

No sólo contribuye al calentamiento mientras está en la atmósfera, sino que el carbono negro acelera el deshielo si se deposita sobre la nieve y el hielo, por lo que tiene un impacto desproporcionado cuando se libera en el Ártico y cerca de él. El derretimiento de la nieve y el hielo deja al descubierto zonas más oscuras de tierra y agua, y estas manchas oscuras absorben más calor del sol, por lo que la capacidad de reflexión de los casquetes polares del planeta se reduce drásticamente. Más calor en los sistemas polares - se traduce en un aumento del deshielo. Es la pérdida del efecto albedo.

La disminución de la extensión y el volumen del hielo marino está provocando una crisis social y medioambiental cada vez mayor en el Ártico, mientras que los cambios en cascada afectan al clima mundial y a la circulación oceánica. Los científicos tienen un alto grado de confianza en que los procesos se acercan a puntos más allá de los cuales son posibles cambios rápidos e irreversibles a escala de múltiples generaciones humanas. Los científicos afirman que ya es demasiado tarde para salvar el hielo marino estival del Ártico, y las investigaciones han demostrado que "hay que prepararse para el aumento de las condiciones meteorológicas extremas en todo el hemisferio norte que probablemente se producirá como consecuencia de ello".

El carbono negro también tiene un impacto negativo en la salud humana, y una investigación reciente ha encontrado partículas de carbono negro en los tejidos corporales de los fetos, tras su inhalación por parte de las madres embarazadas.

 
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