El Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el cambio climático (IPCC) define la adaptación al cambio climático como el proceso de ajuste al clima real o proyectado y sus efectos.
Las políticas de mitigación están encaminadas a reducir y limitar las emisiones de Gases de Efecto Invernadero, sin embargo, aunque se consiguieran todos los objetivos e hitos intermedios, el cambio en el sistema climático ya se está produciendo y, en mayor o menor grado, va a ser necesaria la adaptación a los efectos de este calentamiento global, aumentando así la resiliencia de la biodiversidad, las infraestructuras y la población.
La adaptación debe ser definida y puesta en práctica a nivel local, ya que los impactos y las vulnerabilidades son específicos de cada ámbito territorial. Las políticas de adaptación al cambio climático requieren de visión y estrategia a medio-largo plazo, además de ser un proceso iterativo y continuado.
La Unión Europea anima a los países que la conforman a trabajar a favor de la adaptación y establece la Estrategia Europea de Adaptación como marco europeo en materia de adaptación al cambio climático. La estrategia busca promover el establecimiento de estrategias de adaptación, la mejora de la toma de decisiones y el fomento de la adaptación en los sectores más vulnerables.
La respuesta desde el ámbito nacional a la particular vulnerabilidad del territorio español frente a la problemática del cambio climático es el Plan Nacional de Adaptación al Cambio Climático (PNACC), que establece el marco de referencia y de coordinación nacional para las iniciativas y actividades de evaluación de impactos, vulnerabilidad y adaptación al cambio climático.
Dentro del PNACC se crea la plataforma AdapteCCa como instrumento de intercambio de información y comunicación entre los diferentes actores que trabajan en relación a la adaptación en el ámbito nacional.