La nueva Ley de Cambio Climático y Transición Energética obligará a determinadas compañías a calcular su huella de carbono

La situación vivida en 2020 a causa de la Covid-19 ha puesto en evidencia, entre otras cuestiones, la necesidad de impulsar una transformación profunda en el conjunto del país que nos lleve a una recuperación verde, inclusiva, responsable y sostenible. Bajo este marco, el tejido empresarial juega un papel fundamental, pues tiene la oportunidad de convertirse en uno de los motores del cambio liderando la acción climática. Uno de sus ejes para ello: medir su huella de carbono. Ésta representa el impacto que el desarrollo de una actividad tiene sobre el clima, por lo que su cálculo es el primer paso ineludible para poder trazar un plan de reducción medible cuantitativamente.

Así lo entiende también la  recientemente aprobada Ley de Cambio Climático y Transición Energética, que va a exigir a bastantes compañías calcular y publicar su huella de carbono, así como a elaborar y publicar un plan de reducción de emisiones de efecto invernadero. Aunque el Gobierno tiene un año para concretar las categorías de empresas que se verán afectadas por esta obligatoriedad, lo cierto es que cada vez son más las organizaciones que implantan esta práctica en sus estrategias de acción frente al cambio climático.

Desde ECODES llevamos desde el año 2005 ayudando a las empresas en este ámbito a través de nuestra iniciativa CeroCO₂, que desarrolla acciones concretas para hacer frente a la emergencia climática. De modo más concreto, ofrece herramientas que permiten calcular la huella de carbono, reducirla y compensar las emisiones que no se hayan podido evitar con el objetivo de alcanzar la neutralidad en carbono.

CeroCo2

Cálculo de la huella de carbono

En CeroCO2 seguimos la metodología “GHG Protocol” (Greenhouse Gas Protocol) para llevar a cabo el cálculo de las emisiones de GEI generadas debidas a la actividad desarrollada durante el año de estudio.

Se diferencian tres tipos de emisiones, distinguiendo tres alcances:

  • El alcance 1 agrupa las emisiones directas que provienen de fuentes que son propiedad o están controladas por la entidad.
  • El alcance 2 incluye las emisiones indirectas de la generación de electricidad adquirida y consumida por la empresa.
  • El alcance 3 es una categoría opcional de reporte que permite incluir el resto de las emisiones indirectas. Las emisiones del alcance 3 son consecuencia de las actividades de la empresa, pero ocurren en fuentes que no son propiedad ni están controladas por ella.

Beneficios asociados al cálculo de la huella de carbono

Además de conocer el punto en el que una compañía está para, a partir de ahí, establecer planes de reducción de emisiones, conocer la huella de carbono ayuda a identificar oportunidades de ahorro de costes y a conocer mejor los consumos. Por otro lado, tal y como ha dejado patente la recientemente Ley de Cambio Climático y Transición Energética, se trata de una buena práctica que ayuda a ir un paso por delante en materia legislativa ambiental.

Además, las empresas que calculan, reducen y compensan su huella dan respuesta a la demanda social actual que está pidiendo un mercado de productos y servicios bajos en carbono, conseguirán ser más sostenibles y, por supuesto, conocerán cuál es su impacto ambiental y podrán adquirir un grado de responsabilidad con el planeta tomando acciones para mitigarlo. 

 

Reducción de emisiones

Una vez que se tiene el diagnóstico de la huella de carbono de la entidad, producto o evento, el siguiente paso es reducirla. La clave para la descarbonización del planeta está en reducir las emisiones al máximo y demostrar compromisos por parte de las empresas.

Para ello, durante el proceso de cálculo se han identificado las principales fuentes de emisión, por lo que es sencillo conocer aquellas áreas en las que una empresa registra mayores emisiones y, por tanto, actuar sobre ellas.

Compensación de emisiones

La compensación es el último paso de la ruta hacia la descarbonización. Primero es necesario implementar medidas de reducción y, cuando ya no se pueda ajustar, entra en juego la compensación de las emisiones que no se han podido evitar emitir.

La compensación de emisiones de CO2 consiste en la aportación voluntaria de una cantidad económica, proporcional a las toneladas de CO2 generadas, para un proyecto que persigue específicamente:

  • Captar una cantidad de toneladas de CO2 equivalente a la generada en nuestra actividad, mediante la puesta en práctica de un proyecto de sumidero de carbono por reforestación.
  • Evitar la emisión de una cantidad de toneladas de CO2 equivalente a la generada en nuestra actividad por medio de un proyecto de ahorro o eficiencia energética, de sustitución de combustibles fósiles por energías renovables, tratamiento de residuos o de deforestación evitada.

La política de compensación de CeroCO2 se basa en estas dos premisas:

  1. El cambio climático es un problema global; las emisiones de CO2 que se realizan en un punto determinado afectan a todo planeta. Del mismo modo, las reducciones de emisiones que se realizan en un lugar contribuyen a disminuir el calentamiento de todo el planeta.
  2. Según el IPCC, para estabilizar el clima es necesario que los países industrializados reduzcan sus emisiones de CO2, y países en vías de desarrollo logren un desarrollo limpio, aprovechando la transferencia de recursos y tecnología.

Más información:

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