No. La unión de las estaciones de esquí por la Canal Roya no debe realizarse

En ECODES nos hemos caracterizado desde nuestro nacimiento por nuestro carácter propositivo. Nos gusta decir SÍ, nos gusta construir alternativas a los problemas. Procuramos aplicar siempre el enfoque de Sócrates: ”el secreto del cambio es enfocar toda tu energía no en luchar contra lo viejo, sino en construir lo nuevo”.
Sin embargo, hay ocasiones en las que nos hemos visto empujados a decir con rotundidad NO. Lo hicimos cuando una gran parte de los poderes políticos y económicos de la sociedad aragonesa promovían el fraudulento proyecto de Gran Scala y lo hicimos también cuando una gran parte de los poderes económicos y políticos de Aragón promovían el denominado “Rubiatrón”. Y lo hacemos ante este proyecto.
Las principales organizaciones ambientales y la Plataforma en Defensa de las Montañas han señalado ya los valores únicos que encierra Canal Roya desde el punto de vista de la biodiversidad. Desde ECODES vamos a subrayar otros aspectos. En muchos proyectos impulsados por las administraciones públicas promotoras de este proyecto estamos de acuerdo, a nuestro juicio son positivos. Pero en esta iniciativa, desde nuestro punto de vista, se equivocan por las siguientes razones:
1. Es un proyecto que desoye profundamente lo que la ciencia del clima dice sobre la evolución del cambio climático. Este verano ha quedado claro que los escenarios científicos son demasiado optimistas. El cambio climático es más rápido de lo que los científicos preveían. El Secretario General de Naciones Unidas lo ha dicho de forma muy taxativa en su reciente informe Nuestra Agenda Común: ”Tiene que terminar de una vez la guerra contra la ciencia”. Hay notorios políticos internacionales que, por interés propio, hicieron de la batalla contra la Ciencia del Clima una bandera. Nadie debería seguir su estela.
2. Se opta por desempolvar un viejo proyecto muy discutible hace décadas y totalmente extemporáneo en la actualidad. Todos los sectores económicos, desde el automovilístico al agrario, están reinventándose y adaptándose a los nuevos escenarios climáticos. Sin embargo, este proyecto niega lo evidente a los ojos de los científicos y a los ojos de cualquier persona.
3. El proyecto concentra los recursos en un sector turístico muy amenazado por el cambio climático, con cada vez menos semanas de actividad efectiva, en una zona concreta, y deja sin recursos de ayuda al conjunto del sector turístico aragonés para apoyar su transformación y su mejora. También hay que valorar lo que se podría hacer con esos 36 millones de euros y que no se podrá hacer.
4. Dada la dimensión del proyecto es totalmente necesario que le preceda una evaluación rigurosa del impacto ambiental, económico y social. Son las instituciones públicas promotoras de este proyecto quienes tienen la obligación de realizar esa evaluación. En Aragón y en España estamos endeudados, entre otras cosas, por aeropuertos que no funcionan porque no son necesarios y que nunca debieron realizarse. En un país con una deuda pública de 1,5 billones de euros los tiempos de las “inversiones intuitivas” no tienen cabida.
5. Es un proyecto que durante décadas no se hizo con dinero del Gobierno de Aragón. Cabe entender que no se hizo porque los distintos gobiernos no vieron proporcionada la inversión con los resultados previstos. Sin embargo, ahora se recupera el proyecto porque se va a pagar “con dinero forastero”. Por introspección y por contemplación del entorno todo el mundo sabe que un negocio que no emprenderías con tu dinero no debes hacerlo con dinero “regalado o prestado”.
6. El Gobierno de Aragón y la Diputación de Huesca van a perder crédito ante la Comisión Europea por promover un proyecto que conculca el fondo y la forma de los fondos Next Generation, destinados a la recuperación económica sólida, inclusiva y resiliente después de la crisis de la pandemia. De hecho los fondos europeos están pensados para diversificar el turismo hacia iniciativas más sostenibles y para desestacionalizarlo.
7. Ese alejamiento del proyecto de la finalidad última de los fondos Next Generation abre una puerta al riesgo financiero: ¿y si mañana la Comisión Europea pide la devolución del dinero por considerar que se ha empleado de forma inadecuada?
Un turismo adaptado al cambio climático
¿Necesita el Pirineo, todos sus valles, ayuda para construir una economía más resiliente al cambio climático, con empleos más robustos? Sí. ¿Necesitan las estaciones de esquí y su ecosistema ayuda para su transformación ? Sí
Desde ECODES siempre hemos estado muy próximos a las necesidades de la montaña. Cabe recordar que contribuimos significativamente a la resolución del enquistado conflicto de Santaliestra. Por esa misma razón nos duele que se vayan a emplear recursos públicos en una dirección equivocada. Son muy necesarios, pero en la buena dirección, mirando hacia el futuro, no desempolvando viejos proyectos de anteayer y, con gran probabilidad, sin futuro. Los tiempos de contraponer el desarrollo económico ya han acabado. Ha quedado claro, a veces dolorosamente, como en el caso de Inquinosa, que no hay durable economía sin respeto a la ecología.
Pedimos al Gobierno de Aragón, a la Diputación Provincial de Huesca y a Aramón que recapaciten. Seguro que con dialogo y buena voluntad podemos construir, empujando de manera conjunta, un mejor futuro para el Pirineo Aragonés y para los aragoneses de mañana. Debemos dejarles un BUEN legado.