Las petroleras siguen invirtiendo en biocombustibles insostenibles

El incremento en la proporción de vehículos eléctricos en Europa reducirá la demanda de diesel y gasolina a largo plazo. Esto tiene importantes implicaciones para el futuro de las refinerías de crudo en Europa. Al mismo tiempo, políticas europeas como la Directiva de Energías Renovables (RED, por sus siglás en inglés) obligan a los proveedores de combustible a aumentar significativamente la cuota de combustibles renovables en el transporte.
De cara al futuro, la electrificación de coches y camiones empezará a disminuir gradualmente la demanda de gasolina y diesel, una tendencia que se acelerará a partir de 2030, con una caída de la demanda de hasta un -5 anual. Como resultado, con la retirada oficial de los coches con motores de combustión interna en la Unión Europea, la demanda de combustibles fósiles en el transporte por carretera se reducirá un 31 % en 2035. En caso de una caída más pronunciada de la demanda impulsada por una adopción rápida de los vehículos eléctricos, la demanda de gasolina y diesel podría disminuir un 56 %, lo que provocaría el cierre o la reconversión del 43 % de la capacidad del sector del refino.
Estas son algunas conclusiones del nuevo informe de la consultoría medioambiental Ricardo Energy and Environment, elaborado para la Federación Europea de Transporte y Medioambiente (Transport and Environment), donde se analiza el futuro de la refinería, en particular las inversiones de las grandes petroleras europeas en esta área, y donde se destaca que el sector tiene que responder a esta nueva realidad, así como al impulso político para aumentar la cuota de las energías renovables en el transporte.
Las petroleras se anticipan a estas tendencias con nuevas inversiones. De los 38 700 millones de euros de inversiones previstas por las petroleras para nuevos combustibles a 2030, casi el 75 % se destinará a aumentar la capacidad de producción de biocombustibles: las refinerías de petróleo tienen previsto invertir 25 000 millones de euros en capacidad de producción para procesar residuos lignocelulósicos, lo que aumentará la capacidad de producción de biocombustibles en 4 Mtep (i.e. mega tonelada equivalente al petróleo). Se invertirán entre 2 500 y 3 000 millones de euros en nuevas plantas de HVO (aceite vegetal hidrotratado), lo que duplicará la capacidad de producción hasta 10 Mtep en 2030.
Estas inversiones en HVO duplicarán la capacidad de refinado, dando lugar a una capacidad total 4 veces superior a la que puede obtenerse de forma sostenible en la Unión Europea. Ello conducirá probablemente a una dependencia de materias primas ya utilizadas por otras industrias (por ejemplo, las grasas animales categoría III que son un ingrediente vital para la elaboración de comida animal y producción de detergentes, jabones o cosméticos), así como de materias primas importadas como el aceite de cocina usado.
Las petroleras también están empezando a invertir en hidrógeno y e-combustibles para el transporte, pero el presupuesto destinado al refinado de biocombustibles es unas 8 veces superior a las inversiones realizadas en hidrógeno y e-combustibles (28 000 millones de euros frente a 3 300 millones).
En lugar de suministrar hidrógeno y e-combustibles a diversos modos de transporte, las compañías petroleras se han centrado principalmente en reducir la intensidad de carbono de sus operaciones de refinado, centrándose en sustituir el hidrógeno gris por hidrógeno azul y, en menor medida, por hidrógeno verde: en lugar de utilizar hidrógeno gris para el hidrotratamiento y el hidrocraqueo (proceso para romper las moléculas de hidrocarburos), las compañías petroleras están invirtiendo alrededor de 6,5 mil millones de euros en el llamado hidrógeno azul mediante el despliegue de la Captura y Almacenamiento de Carbono. Algo menos de 1 000 millones de euros se gastan en sustituir el hidrógeno gris por el verde.
Un rápido aumento de la producción de e-combustibles adecuados para la aviación y el transporte marítimo es la única opción para descarbonizar completamente estos modos de transporte de aquí a 2050. La industria aún no ha cambiado su enfoque hacia la producción de e-combustibles para aviones y barcos. La buena noticia es que existen muchas sinergias entre los procesos convencionales y la producción de e-combustibles y que las refinerías existentes tienen la capacidad técnica para producir e-combustibles. Será necesario un impulso político específico para empujar a las refinerías a suministrar e-combustibles para la aviación y la navegación.
Más información:
Cristian Quílez
Responsable de Proyectos | Politicas Públicas y Gobernanza Climática
cristian.quilez@ecodes.org
Lucía Rúa
Responsable de Proyectos | Politicas Públicas y Gobernanza Climática
lucia.rua@ecodes.org