El agua tiene un papel fundamental para la mayoría de actividades económicas, si bien es necesario recordar que estamos ante un recurso limitado. Con el objetivo de gestionarlo de la mejor manera, su circularidad se posiciona como un factor esencial. Pero, ¿en qué consiste este concepto? Es el conjunto de acciones, técnicas y políticas encaminadas a mejorar su sostenibilidad a través de su reutilización para distintos usos, la valorización de los residuos asociados y la producción de energía en los procesos de depuración.

Con el objetivo de ahondar en esta materia, el año pasado impulsamos un estudio en colaboración con ZINNAE, clúster para el uso eficiente del agua, y el grupo de investigación del IA2 (Instituto Agroalimentario de Aragón) de la Universidad de Zaragoza (CREDENAT y ECONATURA) para ahondar en la situación actual de la circularidad del agua. El documento analiza quiénes son los mayores consumidores y cuál es el nivel de reutilización, algo que permite detectar cuáles son los sectores con mayor margen de mejora.  Además, se detallan los requisitos necesarios para implementar iniciativas de reutilización: la legislación y la necesidad de eliminación de nuevos contaminantes químicos y microbiológicos.

Ahora, y bajo el marco del Manifiesto Por Una Recuperación Sostenible, se han presentado las conclusiones de este estudio en una sesión online que contó con la participación de Víctor Viñuales, nuestro director ejecutivo; Ignacio Cazcarro, investigador ARAID e IA2 (Instituto Agroalimentario de Aragón) de la Universidad de Zaragoza; Marisa Fernández, gerente de ZINNAE; Encarna Esteban, también del IA2 de la Universidad de Zaragoza; Gari Villa-Landa, de la Asociación Española de Abastecimientos de Agua y Saneamiento; Julio Berbel, catedrático de Economía Agraria de la Universidad de Córdoba y patrono de la Fundación Economía Circular; y Concepción Marcuello, de la Unidad de Apoyo de la Dirección General del Agua del Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico.