Por una protección efectiva de las personas migrantes por causas climáticas

La comunidad internacional está reconociendo las realidades que se derivan de las migraciones por motivos climáticos, y empezando a dar pasos hacia una protección efectiva de las personas afectadas

Si bien 2020 fue un año inusual en la historia de la humanidad debido a la crisis sanitaria generada por el COVID a nivel global, 2021 no se quedó atrás. Además de aprender a convivir y adaptarse al nuevo escenario generado por la pandemia, el año dejó diversas crisis humanitarias y ambientales que ponen de manifiesto la necesidad de actuar urgentemente. Récords de temperaturas en diversas partes del globo, sequías, nevadas inéditas, inundaciones… todos estos eventos han forzado la evacuación y el desplazamiento de muchísimas personas, que tuvieron que evacuar sus hogares y sus vidas para evitar peores consecuencias.

Es evidente que en estos casos el impacto del cambio climático es la causa principal del desplazamiento, por su urgencia y gravedad, pero no podemos obviar que también hay poblaciones que lo hacen por factores desencadenados de forma mucho más lenta y progresiva como sequías, carencia de alimentos o la subida del nivel del mar.

Con este informe, titulado “Migraciones climáticas: Avances en el reconocimiento, la protección jurídica y la difusión de estas realidades”, se pretende seguir visibilizando cómo en los últimos años la comunidad internacional está por fin reconociendo las realidades que se derivan de las migraciones por motivos climáticos, y empezando a dar pasos hacia una protección efectiva de las personas afectadas por este motivo.

También se está avanzando en la sensibilización pública. Pese a ser un tema bastante invisibilizado, el hecho evidente de que el cambio climático cada vez es más palpable a todos los niveles, pone el foco en su dimensión y hace que la multitud de efectos y consecuencias que tiene en el mundo sean más objeto de debate y entren en la agenda mediática. Esta labor de difusión va calando poco a poco en el imaginario colectivo y, a su vez, repercute en los avances normativos.

A pesar de los avances que se están produciendo, el informe no quiere dejar de poner atención y denunciar que en la actualidad continúan existiendo enormes lagunas de protección y que se siguen produciendo gravísimas violaciones de los derechos humanos en este campo. Es demoledor el dato de que, a finales de 2020, más de 82 millones de personas habían huido de sus hogares por motivos de persecución, violencia, u otros acontecimientos de alteración del orden público. Asimismo, más de 3.500 personas migrantes murieron en 2021, la mayoría ahogadas intentando llegar a Europa. Se aborda específicamente el caso español, ya que se trata de un estado dentro de Europa que, por su situación geográfica y socioeconómica, es un territorio proclive a recibir y que se produzcan movimientos de población por motivos climáticos.

Por último, el documento también es crítico con los limitados avances en materia de lucha contra el cambio climático, cuyos impactos cada vez son más palpables, y cuyo avance hace que cada vez sea más difícil de frenar. Los resultados de la COP26 de Glasgow no son realmente esperanzadores, ya que el compromiso global acordado entre las casi 200 partes involucradas no alcanza el avance decisivo y necesario para mantener el aumento de la temperatura en 1,5ºC por encima de la era preindustrial a finales de este siglo.

   

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