Nos sumamos a este llamado urgente para la acción climática de la comunidad de la salud antes de la COP26

Las negociaciones climáticas de las Naciones Unidas el próximo mes de noviembre de 2021 en Glasgow (COP26) son un momento crítico y una oportunidad para encaminar al mundo hacia la protección de las personas ante los efectos del cambio climático. La comunidad sanitaria de todo el mundo se está uniendo para enviar un mensaje a los líderes y las delegaciones nacionales, pidiendo una acción real para abordar la crisis climática.

En este contexto, ECODES se ha adherido a la Carta de Clima Saludable respaldada por la Alianza Global del Clima y la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OMS) por la que se hace un llamamiento a los líderes de todos los países y a sus representantes en la COP26 para la integración de la salud y la equidad en todas las políticas climáticas.

Si eres un profesional de la salud, un trabajador sanitario o estás autorizado a firmar en nombre de una organización sanitaria, te animamos a firmar la carta de prescripción #ClimaSaludable. También puedes ayudar a la comunidad sanitaria a difundir este mensaje compartiéndolo a través de tus redes. Puedes acceder a toda la información aquí.

Por otro lado, para conocer cómo puede el sector sanitario actuar frente a la emergencia climática accede a la iniciativa Sanidad #PorElClima.

CARTA DE LA COMUNIDAD SANITARIA MUNDIAL DE LA COP26 

Honorables jefas y jefes de estado y delegaciones nacionales.

La crisis climática supone la mayor amenaza para la salud a la que se enfrenta la humanidad. Como profesionales y trabajadores de la salud, reconocemos nuestra obligación ética de pronunciarnos sobre esta crisis de rápido crecimiento que podría ser mucho más catastrófica y duradera que la pandemia de COVID-19. Instamos a los gobiernos a estar a la altura de sus responsabilidades protegiendo a sus ciudadanos, vecinos y generaciones futuras de la crisis climática.

Allí donde prestamos atención, tanto en hospitales y dispensarios de salud como directamente a las comunidades en todo el mundo, ya estamos respondiendo a los daños para la salud que ocasiona el cambio climático. 

 Algunos ejemplos de la relación entre salud y cambio climático son:

  • la contaminación del aire, más en particular la ocasionada por la quema de combustibles fósiles, la cual también acelera el cambio climático, causa más de siete millones de muertes prematuras cada año, es decir 13 muertes por minuto. Los incendios forestales, la quema de residuos y las prácticas agrícolas nocivas también contaminan nuestro aire y nuestros pulmones; 
  • los cambios meteorológicos y climáticos incrementan el número de enfermedades transmitidas por alimentos, agua y vectores;
  • cada año, los fenómenos meteorológicos extremos cada vez más frecuentes, como las olas de calor, las tormentas y las inundaciones, se cobran la vida de miles de personas, perturban la de millones más y repercuten en nuestros establecimientos de salud. Solo este año se han producido importantes desastres para la salud en relación con el cambio climático en China, la India, el Pakistán, Vietnam, el Canadá, Alemania, Bélgica y muchas otras naciones;
  • los sistemas alimentarios se ven cada vez más perturbados por el clima extremo, lo que agrava la inseguridad alimentaria, el hambre y la malnutrición; 
  • el aumento del nivel del mar está destruyendo hogares y medios de subsistencia fundamentales para apoyar la salud de las personas;
  • los efectos del cambio climático están afectando gravemente la salud mental de las personas, causando trastornos de estrés postraumáticos y ansiedad, y empeorando las afecciones existentes.

En el Acuerdo de París de 2015, los gobiernos se comprometieron a tomar las medidas necesarias para mantener el aumento de la temperatura mundial muy por debajo de 2°C, con el objetivo de 1,5°C, para 2050. Las evaluaciones científicas más recientes dejan claro que para evitar efectos catastróficos en la salud y millones de muertes por motivo del cambio climático, el mundo debe limitar el calentamiento a 1,5 °C.

En el sexto informe de evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático se afirma que el mundo se encuentra actualmente en una trayectoria hacia un calentamiento de más de 4°C solo en este siglo. En el informe también queda claro que los gobiernos deben actuar ahora para asumir y aplicar compromisos climáticos decisivos que tengan una gran probabilidad de limitar el aumento de la temperatura más allá de 1,5 °C.  Cada décima de grado por encima de esa temperatura tendrá un grave efecto en la vida y la salud de las personas.

Nadie está a salvo de estos riesgos, pero las personas cuya salud ha sido dañada en primer lugar y de forma más grave por la crisis climática son las menos responsables en el problema y las menos capaces de protegerse a sí mismas y a sus familias ante el problema: las personas de países y comunidades de ingresos bajos. Aquellas personas y naciones que más se han beneficiado de las actividades que han causado la crisis climática, especialmente la extracción y el uso de combustibles fósiles, tienen una gran responsabilidad en hacer todo lo posible para ayudar a los que más riesgos padecen ahora.

La integración de la salud y la equidad en la política climática protegerá la salud de las personas, maximizará la rentabilidad sobre los fondos invertidos y fomentará el apoyo público para las acciones climáticas que se necesitan con urgencia. Un aire y un agua más limpios, suministros de alimentos más saludables y seguros, un sector de la salud resiliente y con bajas emisiones de carbono y un transporte y un diseño comunitario más ecológicos son beneficiosos para las personas, aquí y ahora. Además, el ahorro en costos sanitarios compensará los gastos para adoptar esas medidas.

Hacemos un llamamiento a los líderes de todos los países y a sus representantes en la COP26 para que eviten la inminente catástrofe sanitaria limitando el calentamiento global a 1,5 °C y para que hagan que la salud humana y la equidad sean fundamentales en todas las acciones de mitigación del cambio climático y de adaptación a él. 

En particular: 

  • pedimos a todas las naciones que actualicen sus compromisos climáticos nacionales bajo el Acuerdo de París para que cumplan su parte acordada en la limitación del calentamiento a 1.5 °C; y les pedimos que incorporen la salud en esos planes; 
  • instamos a todas las naciones a abandonar de forma rápida y justa el uso de combustibles fósiles, comenzando con la reducción inmediata de todos los permisos, subsidios y financiaciones relacionados con ellos, y a abandonar completamente el actual modelo de financiación para pasar a uno basado en inversiones en energía limpia;
  • pedimos a los países de ingresos altos que recorten aún más las emisiones de gases de efecto invernadero, en consonancia con el objetivo de temperatura de 1,5 °C; 
  • instamos a los países de ingresos altos a que también cumplan la transferencia prometida de fondos a los países de bajos ingresos para ayudarles a aplicar las medidas de mitigación y adaptación necesarias; 
  • pedimos a los gobiernos que construyan sistemas de salud resilientes al clima, con bajas emisiones de carbono y sostenibles, y 
  • pedimos también a los gobiernos que garanticen que las inversiones para la recuperación de la pandemia sirvan para apoyar la lucha contra el cambio climático y reducir las desigualdades sociales y sanitarias.

Las acciones que se solicitan por la presente carta, necesarias pero no suficientes para solucionar plenamente la crisis climática y de salud, ayudarán en gran medida a proteger a las personas de todo el mundo. Instamos a nuestros líderes a aplicarlas y pedimos a las instancias decisorias en la COP26 que actúen ahora y que actúen con decisión.

Estas medidas de lucha contra el cambio climático deben tomarse de manera inmediata para proteger el planeta y la salud, el bienestar y la prosperidad de todas las personas que viven actualmente y de aquellas que vendrán en el futuro. 

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