Propuestas para poder poner en marcha la Ola de Rehabilitaciones en el medio rural

La vivienda rural es, sin duda, una de las condiciones necesarias para conseguir hacer frente al reto demográfico al que se enfrentan nuestras zonas rurales. Si no hay vivienda, no es posible de forma alguna lograr que población se asiente en nuestros núcleos rurales y que desarrolle una vida normal en ellos.

Muchas zonas rurales del Estado español se encuentran en un proceso constante de pérdida de población y de envejecimiento de la misma. Incluso durante momentos que hubieran permitido romper estas tendencias —como fueron el periodo de confinamiento y el inmediatamente posterior a él, ambos debidos a la pandemia de la COVID-19—, mucha población que buscó reubicarse en poblaciones rurales se encontró con diversas barreras, siendo la carencia de vivienda en buen estado, o de vivienda en régimen de alquiler, una de ellas.

El éxodo de las zonas rurales a las zonas urbanas ha provocado la disminución de las infraestructuras y los servicios públicos, ya que, al no poderse cubrir un umbral mínimo de usuarios, son considerados no rentables económicamente y desaparecen. En algunas zonas, este éxodo ha producido también un abandono y progresivo deterioro de parte del parque residencial existente y en ocasiones de zonas completas de las poblaciones.

El consumo energético medio de la vivienda rural por m² es un 23,6% superior al de la vivienda urbana, y cuanto menor es el municipio en el que se encuentra la vivienda, mayores son los consumos.

Si consideramos las viviendas en su conjunto, el consumo energético medio en una vivienda principal situada en municipios rurales es un 52,0% superior al de una vivienda principal en municipios urbanos, según los certificados de eficiencia energética disponibles en España. Además, cuanto menor es el municipio, mayor es el consumo.

En un contexto de no solo encarecimiento de la energía, sino también de posible escasez de la misma, es sumamente importante reducir nuestro consumo energético de forma rápida, por lo que debemos ser capaces de mejorar la eficiencia energética del parque edificado que más consume.

A su vez, las emisiones de CO2 medias por metro cuadrado en la vivienda rural son un 28,0% superiores a las de la vivienda urbana.

Según los certificados de eficiencia energética disponibles, el 41,4% de los consumos energéticos y el 42,0% de las emisiones CO2 del parque residencial español de viviendas principales, son de viviendas rurales, mientras que estas mismas viviendas solo albergan al 32,0% de la población.

Según los datos reales de consumo considerados en el proyecto SEC-SPAHOUSEC del IDAE, el consumo energético de las viviendas rurales principales es del 44,4% del consumo del parque residencial español de viviendas principales (37.443,55 GWh/año).

Para rehabilitar la totalidad de las viviendas de los municipios rurales es necesario invertir más de 70 mil millones de euros, que corresponden al 41% de la inversión necesaria para rehabilitar todas las viviendas existentes construidas hasta el año 2007 en España.

Solo el 8,8% del total de inversiones previstas por los tres programas para la rehabilitación energética residencial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (3.394 millones de euros), está destinado específicamente en municipios rurales de reto demográfico.

Desde ECODES creemos que es necesario y urgente poner en marcha medidas que aseguren que los fondos disponibles se dediquen teniendo el mayor número de externalidades positivas posibles, para ello, deben tenerse muy en mente las condiciones que los núcleos rurales requieren para permitir su rehabilitación.

Propuestas para la rehabilitación residencial en el medio rural

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