Nos unimos a más de 40 organizaciones para lanzar una serie de propuestas para conseguir que la PAC retome la senda de transición

El pasado 25 de junio se alcanzó en Bruselas un acuerdo sobre la futura Política Agraria Común (PAC) con una baja ambición socioambiental. Esto pone en riesgo el objetivo de conseguir la transición agroecológica necesaria para luchar contra los grandes desafíos actuales como son la crisis climática y de biodiversidad, la pandemia y el riesgo creciente de nuevas zoonosis, entre otros. Ahora que cada país miembro está ultimando su Plan Estratégico Nacional de la PAC (PEPAC), todavía queda margen de mejora.

Por ello, desde ECODES nos hemos unido a más de 40 entidades para enviar una carta a los ministerios de Agricultura, de Transición Ecológica y Reto Demográfico, de Sanidad, de Consumo y de Agenda 2030, y a las consejerías de Agricultura con un conjunto de propuestas que deben ser consideradas para conseguir que la PAC retome la senda de transición que contribuya a mitigar los retos de la década. La Política Agraria Común supone el mayor concepto de gasto de la Unión Europea, más de 375.000 millones de euros entre 2021 y 2027, aproximadamente un 31 % del presupuesto total.

El escrito, abierto a la adhesión de otras entidades (solicitud en contacto@porotrapac.org), también denuncia la falta de transparencia deliberada en el actual proceso de elaboración del PEPAC. Cuyo texto debería incluir, entre otras, las siguientes propuestas:

  • Alineación con las recomendaciones del Pacto Verde Europeo, en concreto, con los objetivos de las Estrategias “De la Granja a la Mesa” y “Biodiversidad 2030”, en relación a plaguicidas, fertilizantes, antimicrobianos, agricultura ecológica y características del paisaje.
  • La aplicación de una condicionalidad social y ambiental realmente reforzada, lo que implica que debe aplicarse desde 2023 y a todos los perceptores de cualquier ayuda de la PAC.
  • Un pago básico que apoye a las fincas de mayor valor socio-ambiental (como las dedicadas a la ganadería extensiva y al pastoreo, la producción ecológica y las incluidas en la Red Natura 2000). Además, se deben utilizar otros instrumentos de la PAC como el capping, la figura de agricultor genuino y el pago redistributivo para asegurar el mantenimiento de las buenas prácticas a través de una renta y condiciones de trabajo dignas.
  • Una propuesta de ecoesquemas que excluya medidas sin objetivos ambientales ambiciosos e, incluso, perjudiciales. Esto implica la retirada de los ecoesquemas de la agricultura de conservación, por su uso de herbicidas (glifosato y otros fitosanitarios que han demostrado ser perjudiciales para la salud), así como la agricultura de precisión, cuyos objetivos deberían cumplirse a través de la condicionalidad reforzada y el asesoramiento. Además, en el caso de que se incluya algún ecoesquema de bienestar animal, que se garantice que no financiará a la ganadería industrial.
  • La supresión de todos los subsidios perversos que apoyan a producciones agrarias con un elevado coste social, ambiental y sanitario para el medio rural, como son la ganadería industrial, la concentración parcelaria y la transformación a sistemas intensivos de regadíos en zonas que ya sufren escasez de agua, entre otros.
  • La creación del Comité de Seguimiento de la PAC, con un sistema de seguimiento y evaluación robusto.


“Pedimos que no nos decepcionen ahora, ni tampoco a las generaciones futuras. Ofrecemos nuestro conocimiento y seguiremos con total atención el proceso”, concluye la carta que hemos firmado junto con entidades provenientes de diversos ámbitos como la ganadería extensiva, el consumo, el medio ambiente, la justicia social, la producción ecológica, la nutrición, el bienestar animal y el desarrollo rural bajo el paraguas de la Coalición Por Otra PAC.

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