Desde ECODES hemos analizado el progreso de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética desde su aprobación el 5 de abril de 2019 hasta ahora. Con la actual situación de los precios de la energía es más necesario que nunca combatir esta enorme problemática, que afecta a más de 3.000.000 de hogares en el estado español.

Publicamos este informe con la intención de reivindicar lo que en su momento fue considerado un documento acertado y ambicioso, para evitar que caiga en el olvido debido a la crisis pandémica acontecida por el COVID-19. Lamentablemente, tras casi dos años y medio de vigencia, apenas la mitad de las iniciativas propuestas han comenzado su andadura, y de ellas, solo la mitad están andando al ritmo que se esperaba cuando se redactó la Estrategia.

Las pocas ayudas dirigidas específicamente a la población en situación de pobreza energética se encuentran dentro del asistencialismo, poniendo parches temporales a un problema estructural. Las medidas que podrían producir mejoras duraderas, como son las mejoras de las viviendas y de sus instalaciones, suelen prestar una atención muy parcial a esta problemática, prestando unas ayudas adicionales que no son suficientes para superar las barreras existentes y facilitar realmente el acceso las personas en situación de pobreza energética.

Es necesario mejorar los mecanismos existentes como el bono social, que palian las situaciones de pobreza energética, poner en marcha protocolos que mejoren su detección y permitan atajarla lo antes posible, e iniciar planes y programas que permitan contrarrestar las desigualdades actuales que dan lugar a estas situaciones.

Esperamos que, una vez se supere la situación provocada por el COVID-19, pueda dársele a la lucha contra la pobreza energética el fuerte empujón que necesita, y que este informe pueda incentivar ese empujón.