Un jardín ahorrador no tiene por qué ser un espacio plagado de cactus y chumberas. Existen muchas plantas autóctonas que están adaptadas a nuestro clima.

Regar no significa inundar. Agrupa las plantas según su consumo de agua para facilitar la economía del sistema de riego y evita regar en las horas centrales del día, con viento o cuando se hayan pronosticado lluvias para los próximos días.

Evita el uso de grandes superficies de césped y elige siempre las variedades más resistentes y con unas necesidades hídricas menores. También puedes sustituirlo por plantas"cubresuelos" o tapizantes.

Para evitar la evaporación, la aparición de malas hierbas y para proteger contra las heladas, recubre superficies del jardin con materiales como piedras, gravas, cortezas de árbol, etc.

Evita regar en las horas centrales del día.