Valoramos de forma positiva el anuncio por parte de la ministra Ribera de la intención de revisar esta herramienta. 

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Ante el anuncio de ayer en la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico del Congreso por parte de la vicepresidenta tercera del Gobierno y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, de la intención de elaborar una nueva Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, desde ECODES trasladamos la siguiente posición:

  • Como organización de la sociedad civil con más de diez años de experiencia en el trabajo con hogares en situación de vulnerabilidad y pobreza energética a través de nuestro programa Ni Un Hogar Sin Energía, aplaudimos la noticia. Confiamos en que esta nueva herramienta sea definitiva para alcanzar los objetivos de reducción de los indicadores de pobreza energética en nuestro país.
  • Sin embargo, consideramos que lo importante no es solo elaborar una nueva estrategia, sino implementarla y dotarla de fondos propios para ello.
  • Asimismo, resulta esencial que su diseño sea participativo e incluya a todos los agentes sociales, más allá de las asociaciones de familias numerosas.

La Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética, publicada en abril de 2019, fue aplaudida internacionalmente como una muy buena iniciativa en la lucha contra la pobreza energética. Sin embargo, conforme se llega al final del periodo de vigencia de la misma, los objetivos mínimos —una reducción del 25% de los indicadores de pobreza respecto al año 2017— y los objetivos ideales —una reducción de dichos indicadores del 50%— parecen quedar aún lejos. Pese al impacto que hayan podido tener las recientes crisis, como la pandemia de la COVID-19 en 2020, o la guerra en Ucrania, iniciada en 2022, en la consecución de los objetivos, sigue siendo destacable que algunas medidas que desde ECODES consideramos esenciales, como la automatización de la concesión del bono social eléctrico o la eliminación de la concesión del bono social a familias numerosas sin criterio de renta, no se hayan puesto en marcha. Otras medidas, como la elaboración de protocolo para detectar situaciones de pobreza energética por parte de los profesionales de atención primaria, no parecen haberse desarrollado, pese parecer no requerir de excesivos recursos por parte de las distintas administraciones. Asimismo, lamentamos que no se haya puesto en marcha la mesa social de pobreza energética, que figuraba en la estrategia anterior, con representantes del Ministerio para la Transición Ecológica y las principales organizaciones sociales para hacer seguimiento de la estrategia y priorizar las medidas.

Algunas medidas, como el fomento de la rehabilitación de viviendas dirigida a los hogares en situación de vulnerabilidad, han recibido un importante impulso gracias al Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, que ha mejorado las iniciativas existentes hasta la fecha, cubriendo la totalidad de los costes de la rehabilitación para los hogares en situación de pobreza energética y la exención de las ayudas del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Esta última es una reivindicación histórica de organizaciones vinculadas a la rehabilitación que había llevado a hogares en situación de vulnerabilidad a perder otras ayudas sociales esenciales, como el complemento de pensiones mínimas o las ayudas de comedor.

Pese a ello, seguimos echando en falta programas dirigidos específicamente a estos colectivos, ya que la concesión de ayudas por orden de presentación de las solicitudes correspondientes hasta el agotamiento de los fondos tiende a perjudicar a los hogares en situación de vulnerabilidad, dejándoles muchas veces fuera de las convocatorias. En este sentido, desde ECODES confiamos en que la nueva Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética mantenga el grado de ambición de su predecesora, pudiendo a su vez solventar los problemas detectados durante su diseño e implementación y contando con la participación de las organizaciones de la sociedad civil que tienen un contacto directo y diario con los hogares a los que esta estrategia busca beneficiar.

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