Los efectos de la crisis de COVID-19 y la crisis climática ponen de relevancia la importancia de una vivienda digna que reúna condiciones de habitabilidad, accesibilidad, confort, salud y eficiencia energética. España tiene más de 25,7 millones de viviendas, de las cuales casi el 60% es anterior a la primera normativa española que exigía unos mínimos de eficiencia energética, la cual fue aprobada en 1979 (ERESEE, 2020). Son precisamente estas viviendas las habitadas mayoritariamente por personas en situación de vulnerabilidad, con menos recursos y que en muchas ocasiones se encuentran en situación de pobreza energética. El 16,7 % de las familias españolas paga facturas de energía desproporcionadas y el 7,6 % no puede mantener su vivienda a una temperatura adecuada. En el caso de los hogares con menos renta (primer quintil), el porcentaje de gasto desproporcionado sube al 47,39% y para temperaturas inadecuadas al 19.9% de los (MITECO, 2019). Por otro lado, en España, los edificios son responsables del 40% de las emisiones de gases de efecto invernadero y se estima que en 2050 el 80% del parque edificado estará compuesto por edificios ya construidos, por lo que es necesario priorizar las actuaciones de rehabilitación energética sobre la edificación existente.

Nuestro objetivo principal es acelerar la rehabilitación integral de viviendas en España sin dejar a nadie atrás como una medida esencial para hacer frente a la pobreza energética y el cambio climático, impulsar la generación de empleo verde y garantizar el derecho a una vivienda digna, eficiente energéticamente, saludable, accesible y asequible, contribuyendo a la descarbonización del parque de edificios y a avanzar hacia una transición energética justa.

Objetivos específicos.

  1. Incidir y dialogar con los diferentes actores para:
    • Impulsar políticas y programas de rehabilitación de vivienda y regeneración urbana justos y con criterios sociales, incorporando la perspectiva de género, que contemplen mecanismos adecuados para garantizar el acceso a las personas en situación de vulnerabilidad contemplando la dimensión urbana y rural.
    • Lograr una rehabilitación de vivienda integral y en profundidad que contemple las múltiples dimensiones: eficiencia energética, accesibilidad, seguridad, habitabilidad, salud, fomento de la cohesión social y comunitaria, minimizando los posibles impactos de estos procesos en la asequibilidad de las viviendas.
    • Fomentar un nuevo modelo de planificación, gestión y financiación que permita una rehabilitación de viviendas en continuo que se enmarque en procesos de regeneración urbana garantizando la inclusión de los colectivos en situación de vulnerabilidad y el empoderamiento de la ciudadanía, así como la generación de nuevos empleos para la información, acompañamiento e implementación, incluyendo la perspectiva de género
  2. Compartir conocimientos, experiencias y buenas prácticas para fomentar el desarrollo de esquemas de rehabilitación de viviendas replicables que agilicen los procesos de diseño, tramitación, ejecución y financiación, favoreciendo la aparición de proyectos en cascada que impliquen a los hogares en situación de vulnerabilidad.